domingo, 1 de julio de 2012

¿Está la Concejal Sabina Matos jugando con fuego?




Por Luis Peralta


Sabina Matos fue elegida concejal en el Ward 15, que abarca los vecindarios Olneyville, parte Silver Lake, Valley, y parte West End. Al postular por una banca en el Concejo de la ciudad de Providence, Matos decía que se proponía “mejorar nuestras escuelas, la limpieza y reparación de calles, y mayores oportunidades económicas”. No menos puede esperarse de quien desee ocupar una banca en el concejo de cualquier ciudad.

Pero Matos fue elegida, y su trabajo ha estado a la par con las necesidades inmediatas encaminadas a restructurar los compromisos económicos de la ciudad, y en general, su salud económica.

Fuera de ese imperativo circunstancial, que la obliga a converger con la administración y el cause político creado con una parte sustancial del concejo para canalizar los cambios y reformas, la actuación de Sabina Matos parece personalista, y no deja de reflejar cierto aire de misteriosa “hitwoman” en su actitud frente al Concejal John Igliozzi. Naturalmente, ningún ser racional puede disputarle su derecho a comportarse como desee; pero como ser político, uno quisiera verla preocuparse por la naturaleza manipuladora del proceso democrático, y no por el ataque descomunal e insensato contra un miembro del Concejo de la ciudad.

La oposición enrabiada de Sabina al re-diseño de los distritos municipales, no estuvo relacionada a potenciales cambios en su propio distrito, ni a áreas como el distrito 11, donde sí tenía lugar una restructuración interesada y re-legadora de la conquista electoral de las minorías; en cambio, la Concejal Matos se preocupaba de que la línea “divisoria”, separaba de manera específica a una constituyente del distrito 7, no del distrito 15. Las acciones manipuladoras del proceso, no parecían relevantes, sino más bien, la afección personal a que daban lugar.

Con relación al Concejal Igliozzi, la Concejal Matos no parece interesada en la regla de ley, en el estado de derecho, y en la salud de la democracia, sino, en que debe removerse al Concejal Igliozzi del Comité de Finanzas. No he oído una sola razón amoral, de ilegitimidad, o que haya resultado inconsecuente con el ejercicio democrático y el servicio a los constituyentes de Providence, y en particular del distrito 7, que den méritos a la remoción de facto del Concejal Igliozzi. Uno puede decir que la razón es “política”; pero sólo podría decirlo si creyera que tales actitudes tienen algún mérito para ser calificadas de “políticas”. Ese personalismo excesivo, no es consecuencia de la ejecución de ninguna filosofía política. Pero aunque parezca hoy día algo imposible, la decencia política todavía tiene cabida en los actos de los ciudadanos.