miércoles, 25 de enero de 2012

Estado de la Unión Según el Presidente

Por Luis Peralta
White House/PM archivo
Con tono fuerte, y espíritu poco conciliatorio, el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, pronunció anoche su tercer discurso sobre el estado de la Unión; declarándose en favor de trabajar junto a los republicanos que deseen trabajar con él, pero al mismo tiempo, alertándolo de que combatirá la “obstrucción” del Congreso “con acción”.


El Presidente inició destacando el final de la ocupación de Iraq, indicando que, “ningún estadounidense está peleando” en ese país, así como la exterminación de la amenaza que representaban Osama Bin Laden, los principales dirigentes de Al Qaeda, y los talibanes.


Luego enfocó su discurso en creación de empleo, protección en competencia e intercambio comercial, educación y preparación laboral, inmigración, pequeños negocios, energía, y vivienda.


Obama aseguró que en los últimos años, el sector privado ha creado 3 millones de empleos; las empresas de manufacturas están contratando nuevamente, y se han instituido reglas para hacer a Wall Street más responsable. También indicó que la industria automotriz está de regreso, y pidió que los colegios comunitarios (community colleges) se transformen en centros de carreras, para crear las destrezas laborales que se necesitan.


El Presidente resaltó los esfuerzos de su Presidencia por detener la inmigración ilegal, pero indicó que se necesita una reforma de inmigración integral, y si no, que se otorgue ciudadanía (estadounidense) a los jóvenes que están aquí y que llegaron de niños, en una clara alusión al “Dream Act”, que ha estado estancado en el Congreso por años.


También reclamó exenciones impositivas para los pequeños negocios, y mayores inversiones en exploración energética dentro del país, las cuales, según precisó, se han incrementado en un 75 por ciento, la más alta tasa de exploración en los últimos 16 años.


Obama dijo que en los Estados Unidos existen reservas inexploradas de gas que alcanzan para cubrir la demanda interna por los próximos cien años, y reclamó la acción del Congreso para su desarrollo seguro, y la creación de más de 600 mil empleos en ese sector de la economía, pero también apoyando el desarrollo de fuentes diversificadas de energía.


El Presidente precisó, que del dinero que ya dejó de usarse en guerras, parte puede usarse para desarrollar la exploración de energía limpia y segura, y parte para pagar la deuda del país.


Obama también habló de un programa que permitiría a propietarios de casas, refinanciar sus hipotecas y ahorrase hasta 3 mil dólares al año, obteniendo préstamos hipotecarios a muy bajos intereses. ###




Breve análisis
Aunque poco conciliatorio, el Presidente lució confiado, mostrando una imagen fuerte, algo que le gusta a los electores. En medio de una re-elección, un presidente que luce débil, es alguien propenso a ser electoralmente rechazado. Justo lo que pasó con el Presidente Jimmy Carter.


El Presidente Obama, con sus acciones y logros internacionales recientes, como la eliminación de Osama Bin Laden, el rescate de estadounidenses secuestrados por piratas somalíes, la desaparición del ex líder libio Muammar El Kadhafi, y los cambios hacia la democracia que parecen tener lugar en Burma, ha eliminado el tema de la seguridad y la política internacional como factor de debilidad electoral; punto con el cual el Presidente George W. Bush derrotó al Senador John Kerry, candidato presidencial demócrata en 2004, y por el que se atacó al actual presidente en las elecciones de 2008.


La firmeza de sus acciones en materia de comercio internacional, y el uso potencial de facultades jurídicas y “constitucionales”, al anunciar creación de organismos reguladores y protectores mediante orden ejecutiva, prefiguran un a presidente dispuesto a combatir a sus oponentes, posesionando una imagen, no sólo favorecida, sino también, de algún modo reclamada por los estadounidenses.


Lo que sí le faltó al Presiden fue ser más específico en lo concerniente al programa de refinanciación de préstamos hipotecarios que anunció, y le faltó compromiso frente a sus exigencias congresuales; el Presidente pidió leyes, pero no dejó ver que luchará personalmente por ellas. Una de las leyes que solicitó, la concerniente a reforma migratoria, no deja de ser una propuesta puramente electoral, ayudada en parte por el atrevimiento del pre-candidato republicano Newt Gringrich, quien ha propuesto una salida congresual a la situación de millones de inmigrantes indocumentados. El Presidente tuvo toda la fuerza y el poder para lograr que, al menos el “Dream Act”, pasara en el Congreso; no lo hizo, y hoy sabemos que hubo reticencia en su gabinete, sino, falta de interés real en que ello se materializara. ###PM

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