Por Luis Peralta
PROVIDENCE, RI—A pesar de que encuestas recientes, sitúan al
Presidente Obama con altos niveles de rechazo a su conducción del gobierno
nacional, estoy convencido de que logrará re-elegirse, pero necesita, en primer
lugar, una mejoría mucho más notable en el estado de la economía; calcular bien la
estrategia de campaña, y asegurarse de no involucrar al país en un nuevo conflicto militar internacional.
US Senate Small Senate Rotunda/PM archivo |
El Presidente, admítanlo o no sus detractores, ha logrado
sostener una economía relativamente estable, si es que no hemos olvidado el
precipicio en que se encontraba en 2007 y 2008.
De hecho, fue el descalabro del sector financiero, lo que posibilitó
su triunfo; antes del desplome de entidades bancarias y financieras, en pleno fervor de la campaña
electoral, hubo un breve momento en que el candidato republicano superaba al
entonces Senador Obama en la preferencia del electorado. El derrumbe económico, cambió
todo.
No obstante, el Presidente no debe equivocar sus acreencias
políticas, sobre todo cuando inicialmente fundamenta su campaña
electoral en un ataque descomunal al Congreso de la Nación, ya que el Congreso,
obviamente, no solo está constituido por congresistas y senadores republicanos,
sino también por compañeros de su propio partido. Electoralmente, la estrategia puede vender,
sobre todo si tomamos en cuenta la baja popularidad del Congreso, que según una
encuesta de “Rasmussen Reports”, sólo
un 5 por ciento de los electores, considera que está haciendo un buen trabajo,
mientras que un 68 por ciento lo desaprueba.
Los asesores de la re-elección, no deben olvidar que los
niveles de desaprobación de la Presidencia Obama, están por encima de su
aprobación. El 29 de diciembre,
Rasmussen Reports condujo una encuesta, según la cual un 47.8 por ciento de los
votantes, rechaza la gestión del
Presidente, mientras un 46.8 por ciento la aprueba. Pero, de acuerdo a la firma citada, Mitt
Romney, el pre-candidato republicano con mayores posibilidades de ser nominado
por su partido, tiene un nivel de aceptación de 45 por ciento, contra un 39 por
ciento del Presidente Obama.
Si el Presidente resulta re-elegido, podría encontrarse en una situación todavía
mucho más difícil en términos de gobernabilidad, si los republicanos llegaran a preservar el control de la Casa de Representantes, y pasaran a controlar el Senado del país. Es por esa razón que estimo riesgosa su
estrategia de ataque frontal al Congreso, como si un presidente tuviera la
facultad de gobernar sin el papel esencial del Legislativo. Ademas, el Presidente podría enfrentar una especie de
soledad electoral en muchos estados, ya que muchos legisladores estarán
concentrados en luchar por su
sobrevivencia. ###PM
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